Desde el pueblo de Río de Losa nos dirigimos al camino forestal que lleva a Oteo. Aproximadamente a unos 900 metros de distancia de Río, caminando encontramos una curva a la derecha muy pronunciada donde abandonaremos el camino y nos introduciremos en el bosque, por la izquierda del camino. Allí al lado, aparecen unas edificaciones que responden al nombre de “El Campamento”.

Ya en el bosque, y teniendo las construcciones del “Campamento” a nuestra izquierda, vamos andando muy pegados a las casas. Al acabar estas, encontramos una senda que nos sube hasta la fuente, (apenas 50 metros) Fuente Muyentes, donde podemos refrescarnos. A la derecha de esta fuente aparece un camino que acerca a la lobera. En este camino aparecen árboles caídos que no dificultan la subida, y nos reafirman que vamos por el lugar indicado. Al llegar a las peñas aparece una barrera de alambre de espino que delimita el monte de Río del monte de Perex, la Barrerilla de Perex. Estamos cerca de la Lobera.

Después de cruzar la Barrerilla y subiendo por la derecha, a unos 60 metros aparece el pozo de la lobera. Rodeando la pared izquierda, encontramos una puerta a unos 18 metros, por la cual podemos pasar a su interior y acercarnos a observar el pozo rectangular. Dando la espalda al pozo, vemos cómo las paredes se van alejando una de otra mientras caminamos. En el interior de este recinto aparecen unos parapetos de piedra que servían para que los escopeteros esperaran al lobo y al pasar éste, disparar para empujarlo hacia el pozo. Hemos contado tres parapetos. Señalar también, que las piedras más altas de las paredes asoman una parte hacia el interior para dificultar el salto del lobo hacia el exterior. El estado de conservación de la lobera es bastante bueno.

El paseo hasta la lobera puede llevarnos de una o dos horas desde Río a un paso tranquilo. Merece la pena contemplar el arduo trabajo realizado para construir esta trampa para lobos e imaginamos una batida en su interior.

Ya desde los tiempos de la prehistoria, los hombres han aprovechado los accidentes del terreno para cazar animales con trampas. En aquellos tiempos a los caballos, por ejemplo, se les empujaba hasta barrancos por los que se despeñaban y así obtener su carne. En referencia a esta lobera, señalar que se aprovechó esa cavidad existente (pozo de la lobera) para, a partir de ahí, levantar dos paredes, una de las cuales, aprovechando el corte de la peña, es de menor longitud que la otra (pared derecha).

Además de la lobera de Perex, existen otras en: Berberana, Castrobarto, Relloso, Villabasil, Río de Losa, entre otras, cuyo estado de conservación varía entre las que se conservan restos de paredes bien visibles y las que su deterioro las hace pasar desapercibidas.